Los momentos más dolorosos fueron los más luminosos.
Así viví yo la separación de mi esposo hace 10 años.
Fue el momento de mayor lucidez en mi vida porque tuve la oportunidad de mirarme profundamente y evaluar si estaba siendo “la mujer que quería ser” en mi relación de pareja.
Acudí a maestros, a cursos y a libros que me ayudaron muchísimo.
Y todo tuvo sentido cuando empecé a ver la diferencia entre
- Amar desde la mentalidad limitada – ego-.
- Amar desde la mentalidad ilimitada – consciencia-.
No me considero alguien “iluminado ni despierto”, no me gustan esas etiquetas. Creo que cada uno se va dando oportunidades para aprender a salir de sus propios líos internos y así vivir en paz con la vida. Tan simple como eso.
Lo cierto es que “la separación” fue lo mejor que le sucedió a nuestra relación.
Ninguno de los dos estaba feliz con el otro.
Pero lo más importante fue darnos cuenta de que ninguno de los dos estaba feliz con cómo estaba siendo en la relación.
Siempre soy yo. Siempre sos vos.
No el otro.
Y como soy yo, puedo arreglarlo porque depende únicamente de mí.
Reanudamos la relación a los 6 meses…pero eso no es lo importante.
Yo decidí SER LA PERSONA QUE QUERÍA SER EN LA RELACIÓN, no mis programas, mis líos internos, mis demonios, mis heridas, mis… y eso me ayudó muchísimo a ser parte de una relación sana. ESO MARCÓ LA DIFERENCIA.
Aunque con la misma persona, la relación cambió radicalmente para bien.
El problema es que siempre queremos cambiar al otro, no a nosotros.
Y si te cambiás a vos, te aseguro que tus relaciones van a cambiar, mágicamente.
Pero no es magia, es el efecto de cómo funciona la mente.
Esta edición del curso COMPAÑEROS DE APRENDIZAJE es limitada y además tiene un descuento hasta el 5 de octubre.
No lo hagas por el descuento, obviamente.
Hacelo por amor a vos, por amor a quienes te rodean, por amor a tu felicidad en este mundo.
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Un abrazo, Alicia