La separación: lo mejor de lo peor

Publicado por Alicia Orfila en

Ellos decidieron separarse.
La grieta entre Cecilia y Daniel había ido creciendo. No discutían, más bien estaban constantemente enojados el uno con el otro, cosa que expresaban por medio de silencios. Cuando se hablaban eran “formales”…comunicándose las cosas básicas de sus hijos y del hogar de ambos.

Tomaron distancia. El se mudó y ella permaneció en la casa con los hijos.
Daniel alquiló un departamento con muebles lo cual fue una solución rápida para ese momento. Usaba su trabajo como refugio del dolor que no estaba dispuesto a sentir. Ambos creían que separarse era “lo mejor” que podían hacer aunque la pena que tenían era inevitable. Llevaban muchos años juntos, bien o mal compartiendo momentos.

“La vida de separados” era rara, incómoda pero necesaria. Los meses pasaban. Cecilia comenzó a sentirse triste y a hacerse preguntas que antes no se había hecho:

•Qué había “fallado” en ella?
•Qué la había llevado a tratar a “su amado” de manera displicente?

El también había aportado su cuota de desinterés hacia ella, pero ya no era momento de culparlo ni de quejarse más bien quería aprender lo que la vida le estaba queriendo enseñar…
Muchas ideas recorrían su mente mientras la tristeza crecía. Día a día, lágrima a lágrima fue mirando en su interior y comenzó a darse cuenta de que no había sido la mujer que quería ser en esa relación. Quizás había imitado a alguien, quizás tan solo se había dejado llevar por modelos sociales…pero de lo que estaba segura era de no haber sido su propio modelo. Y nunca antes se había percatado de ello!

Ufff eso fue un alivio! Reconocer su aporte responsable en la separación la ayudó a dejar de juzgar y de reclamar pues hasta ese momento solo tenía mucha indignación hacia el.
-Que esto, que aquello…Que él no era así al principio, que cambió…

Cecilia continuó haciéndose preguntas:

• Qué mujer quería ser en una relación amorosa?

• Que experiencias quería vivir?

• Para qué quería estar en pareja?

Esas respuestas la ubicaron en un lugar diferente, en un sitio desde donde sentía el poder de decidir por si misma en qué relación de pareja quería vivir.

Los días eran largos y muy tristes. Se sentía muy sola. La mamá de Cecilia la acompañaba muchísimo con abrazos y con gran comprensión amorosa. Fue verdaderamente un bálsamo para que calmando su dolor pudiera ver de otra manera. Se estaba empezando a hacer cargo de “lo suyo” y había dejado de echarle toda la culpa a él.

Un día Cecilia llamó a Daniel para conversar. El accedió. Aún había malestar entre ambos. Mucho enojo acumulado, palabras no dichas y culpa también de parte de él.

Intentaron encontrarse a hablar unas veces más… pero el repetía: -Lo nuestro no va más…mientras la miraba con los ojos nublados de nostalgia. Ella, con un nudo en la garganta lo escuchaba sin opinar.

Pasaron varios meses hasta que un evento familiar los reunió. En ese momento ambos sintieron que querían tomar un café juntos en un bar que les gustaba.

En sus miradas ambos supieron lo que el otro transmitía…había algo que reconocían en los ojos del otro. Pero todo quedó ahí.

El tiempo siguió transcurriendo… y un día antes de navidad volvieron a encontrarse para conversar. No lo dijeron con palabras, sabían que querían volver a vivir juntos.

—La separación es lo mejor que nos pudo haber sucedido, decían…

El dolor de la distancia hizo que se miraran y se dieran cuenta de cuánto se valoraban y cuánto anhelaban disfrutar de su relación amorosa.

Ya viviendo en la misma casa juntos se percibieron diferentes, como nuevas personas. El trato, las palabras, los sentires…todo era distinto de “antes”. Estaban teniendo una relación nueva con la misma persona!! Y eso los hacía intensamente felices…..

Alícia Orfila * cuentos transparentes

Los CUENTOS TRANSPARENTES son experiencias verdaderas vistas desde la mentalidad consciente – paz. Si te sentís identificado y te aporta podés enviarme tu historia-experiencia a aliciaorfila@gmail.com

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