“La herida es el lugar por donde entra la luz”
“La herida es el lugar por donde entra la luz” (Rumi)
El ser humano aborrece sus emociones aflictivas. No quiere saber nada con ellas y cuando se le presentan trata de quitárselas de encima lo más rápido posible sin que medie un entendimiento consciente acerca de lo que está sucediendo. Las emociones llamadas también “negativas” son una posibilidad, una puerta al crecimiento y a la madurez mental.
Comprender y modular la emocionalidad es una herramienta cuyo objetivo es obtener estados mentales estables que permitan el disfrute constante de la vida.
Una emoción aflictiva es un estado limitado de la mente donde la esclavitud se hace presente. Una mente que cae continuamente en estados de miedo, tristeza e ira (los 3 grandes grupos de emociones (-) y que no sabe salir, repite en bucles conflictos que la mantienen atada al dolor e incluso al sufrimiento constante.
Sin embargo LA HERIDA ES EL LUGAR POR DONDE ENTRA LA LUZ, tal como bien expresa el poeta sufí Rumi. Esto significa que ese espacio evitado y negado puede ser utilizado para descubrir la posibilidad de LIBERACIÓN de estos patrones mentales condicionantes. La herida y su dolor no son malos en sí mismos, sino según cómo los “miremos”.
El ser humano está expuesto a emociones constantemente y ellas determinan su comportamiento, los que muchas veces –la mayoría- son más dañinos que las emociones mismas. Lo que las personas hacen y dicen bajo estados profundos de emociones turbulentas deteriora mucho más su SALUD y sus RELACIONES PERSONALES.
Conocer-se y auto-guiarse emocionalmente es clave para quien desea superarse a sí mismo.
SUPERARSE es ir más allá de uno mismo, de esos condicionamientos químicos que mantienen presos a la mente humana.
La herida es un lugar con una pequeña apertura que la Mente abre para que Quien lo decida, deje entrar la Luz.
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