“ASÍ….POR QUÉ NO?”

Vivían juntos. Era la segunda vez que intentaban sostener una relación pues ambos venían de “otro amor”… Desde el principio la convivencia fue difícil, no se entendían… Tuvieron un hijo y después otro. Sin embargo cada vez que discutían pensaban: –“Esto no funciona…por qué tenemos que vivir así?”. Seguían juntos, amándose a su manera y sintiéndose frustrados porque su relación no era como tenía que ser.

Tenían una vida “normal” con idas y venidas como muchas parejas, pero Claudia –más que él- quería que la relación fuese “mejor”, que cambie, que sea diferente….y esa expectativa solía generar mucho enojo y angustia.

Un día ella tuvo una conversación con su madre, con quien no solía hablar demasiado…pero ese día ocurrió… Le contó su percepción acerca de él, se quejó bastante, lloró, lo justificó, lo detestó, lo volvió a querer y así pasó por todos los estados emocionales por los que un ser humano puede pasar cuando está dolido.

Su madre la escuchó, solo la escuchó… No quiso dar opinión alguna porque con las de Claudia eran suficientes. Tantos pensamientos traducidos a palabras viendo únicamente lo “malo”….tantas ideas aprendidas acerca de cómo “debía ser una relación de pareja”…no daban espacio a ninguna otra posibilidad. Todo estaba mal.

Mientras Claudia iba a buscar a uno de sus hijos a la escuela escuchó de dentro suyo una voz certera que le decía: –¿Estás durmiendo con el enemigo? Y si, de la manera en que hablaba de su compañero era como vivir en una batalla constante que ambos alimentaban con su manera de ser…

Esa noche Marcelo volvió decidido a abrazar a Claudia con calma y muy fuertemente…. No sabía muy bien por qué pero le había venido un pensamiento acerca de su “horrible relación” (eso le decía la mente pensante) y del cansancio que le provocaba tantos años de rispideces con ella. ¿Estaba loco quizás?….sentía deseos de agradecerle por estar juntos….por haber continuado día a día a pesar de las discusiones y peleas. Juntos, así.

Claudia, después de conversar con su amorosa madre comprendió algo….no tenía razones lógicas pero también quería abrazarlo, sin motivos….incluso conservando aún el enojo que había tenido con él esa mañana. ¿Se puede sentir ternura y enojo a la vez? Se hacía preguntas y no escuchaba las respuestas sinó a su corazón.

Se abrazaron sin romanticismo alguno porque no eran “de ese palo”… dejaron de pedirle “peras al olmo”, dejaron de exigirse uno al otro… Y supieron entonces que no había modelo de pareja a seguir, que ellos mismos estaban construyendo el suyo propio: siendo como eran… juntos. Así….¿por qué no?

Alicia Orfila

Los CUENTOS TRANSPARENTES son experiencias verdaderas vistas desde la mentalidad consciente – paz. Si te sentís identificado y te aporta podés enviarme tu historia-experiencia a aliciaorfila@gmail.com